Es una planta muy bonita de flores otoñales, por lo que cuando la mayoría de las plantas están finalizando con su floración, esta hermosa planta bulbosa desarrolla grandes ramilletes de flores elegantes y de un color rosado intenso.
A los Nerines no le gustan los transplantes, por lo que tendrás que trasplantarla solo cada cuatro años. En los años en que no la trasplantes, sustituye la capa superior de compost (unos 2.5 cm) por compost nuevo. Esta planta se da mucho mejor en un lugar cálido y resguardado, donde haya la mayor cantidad de luz posible, pero no esté expuesta a los rayos del sol directos.
Mantén las plantas húmedas en primavera hasta que las hojas de la Nerine se tornen amarillentas y, a partir de allí, deja de regarlas hasta que vuelvan a reanudar su crecimiento el próximo verano. |